Tras la publicación del Decretazo de las FM en Canarias el pasado 1 de julio, el futuro de las emisoras comunitarias en el Archipiélago es bastante incierto, corriendo incluso el riesgo de que puedan llegar a desaparecer o limitarles mucho su cobertura, tal como ya ha sucedido en comunidades autónomas españolas.
El Decreto 89/2009 excluye en su Reglamento a las emisoras comunitarias de la próxima concesión de 159 diales en las Islas y, además, impone a las emisoras comunitarias que no emitan publicidad ni programas con patrocinio, impidiéndoles que puedan sostener sus proyectos con estos ingresos, quedando para el futuro la regulación de su régimen. Un régimen que a buen seguro no va a garantizar la libertad de expresión que con las emisoras comunitarias se ha venido ejercido en Canarias en los últimos años, sino a restringirlo. Al Gobierno de Canarias y a los empresarios que defiende les resultan molestas las emisoras comunitarias porque precisamente desde ellas surgen voces críticas a su gestión y a sus planes. Han sido y son las emisoras comunitarias voceros de la oposición al Puerto de Granadilla, al Anillo Insular, al derribo de Cho Vito... a las grandes infraestructuras innecesarias que pretende imponer la burguesía constructora y su obediente Gobierno de Canarias.
Sería una ingenuidad atribuir a la casualidad que la puesta en marcha de la radio autonómica, dependiente del Gobierno de Canarias, haya pisado la frecuencia de Radio Pimienta en la zona de la Isla Baja (Tenerife) cuando desde Radio Pimienta se divulgaba la lucha vecinal contra el Anillo Insular, impidiendo que en esa zona donde se centra el conflicto pudiera oírse. Al igual que no es casualidad que, tras años de emitir en las mismas frecuencias, Radio Pimienta, por un lado, y Radio Geneto, por otro, se encuentren con que emisoras comerciales se trasladan y pisan su dial. Emisoras comerciales que, además, tienen buenas relaciones con los mandamases de Coalición Canaria. Particularmente escandaloso es el caso de Radio Geneto a la que ahora han dejado sin el 75% de habitual cobertura. Está claro que quieren silenciar a las radios comunitarias como sea porque les resultan molestas a los grandes empresarios y cuestionan la gestión gubernamental. No sólo con un más que presumible anticonstitucional Decreto dictado por el Gobierno de Canarias que cercena la libertad de expresión, sino combinándolo con las actuaciones de radios comerciales cercanas al poder que se están prestando a una "guerra sucia" para acallar las voces disidentes en la FM. No quieren en las ondas las voces de los de abajo, la comunicación libre y sin cortapisas, las palabras de la gente de los barrios y de los pueblos que desde las emisoras comunitarias se amplifican. Quieren las ondas controladas para el discurso único y plano que conviene a los grandes poderes, a los que el poder político obedece.
El Decreto 89/2009 excluye en su Reglamento a las emisoras comunitarias de la próxima concesión de 159 diales en las Islas y, además, impone a las emisoras comunitarias que no emitan publicidad ni programas con patrocinio, impidiéndoles que puedan sostener sus proyectos con estos ingresos, quedando para el futuro la regulación de su régimen. Un régimen que a buen seguro no va a garantizar la libertad de expresión que con las emisoras comunitarias se ha venido ejercido en Canarias en los últimos años, sino a restringirlo. Al Gobierno de Canarias y a los empresarios que defiende les resultan molestas las emisoras comunitarias porque precisamente desde ellas surgen voces críticas a su gestión y a sus planes. Han sido y son las emisoras comunitarias voceros de la oposición al Puerto de Granadilla, al Anillo Insular, al derribo de Cho Vito... a las grandes infraestructuras innecesarias que pretende imponer la burguesía constructora y su obediente Gobierno de Canarias.
Sería una ingenuidad atribuir a la casualidad que la puesta en marcha de la radio autonómica, dependiente del Gobierno de Canarias, haya pisado la frecuencia de Radio Pimienta en la zona de la Isla Baja (Tenerife) cuando desde Radio Pimienta se divulgaba la lucha vecinal contra el Anillo Insular, impidiendo que en esa zona donde se centra el conflicto pudiera oírse. Al igual que no es casualidad que, tras años de emitir en las mismas frecuencias, Radio Pimienta, por un lado, y Radio Geneto, por otro, se encuentren con que emisoras comerciales se trasladan y pisan su dial. Emisoras comerciales que, además, tienen buenas relaciones con los mandamases de Coalición Canaria. Particularmente escandaloso es el caso de Radio Geneto a la que ahora han dejado sin el 75% de habitual cobertura. Está claro que quieren silenciar a las radios comunitarias como sea porque les resultan molestas a los grandes empresarios y cuestionan la gestión gubernamental. No sólo con un más que presumible anticonstitucional Decreto dictado por el Gobierno de Canarias que cercena la libertad de expresión, sino combinándolo con las actuaciones de radios comerciales cercanas al poder que se están prestando a una "guerra sucia" para acallar las voces disidentes en la FM. No quieren en las ondas las voces de los de abajo, la comunicación libre y sin cortapisas, las palabras de la gente de los barrios y de los pueblos que desde las emisoras comunitarias se amplifican. Quieren las ondas controladas para el discurso único y plano que conviene a los grandes poderes, a los que el poder político obedece.
Escucha el miniprograma de Chumbacera dedicado a la situación de las emisoras comunitarias pinchando en el triangulito de la siguiente barra:
Más información y enlaces a informaciones complementarias en http://chumbacera.blogspot.com
